
Jugando a las muñecas
Cuando era niña y tenía unos 5 años me regalaron en navidad una muñeca tipo bebita que se llamaban La Cuchi, la mía era la Nº30 y fue producida por la desaparecida fábrica de juguetes colombianos VIR, se acuerdan?
Le puse Estefanía por la princesa de Mónaco jajaja y la de mi hermana que era una Cuchi más grande la N 50 se llamaba Laura no sé en honor a quien.
Yo cobijaba a Estefanía todas las noches y recuerdo muy bien que era indispensable que si llegaba la noche ella estuviera bien abrigada pues si salíamos de viaje mi hermana o yo, encargábamos a mi tía Cilia para que hiciera esta tarea. Tuve muchas muñecas, ninguna como Estefanía quien será siempre la primera y cuando dejé de jugar con ella y se quedó en un closet guardada pensé que jamás superaría tal tristeza, y la imaginaba entre el frío y la oscuridad pensando en mí…
También debo recordar a Nancy, a la Gateadora, y a Miguel Ángel cuyo nombre se debió precisamente al gran artista. Nunca me gustaron las Barbies. Sí tuve algunas, no pude alejarme de aquella moda, pero no eran mi fuerte porque a mi lo que me gustaba era fantasear con ser mamá e imaginarme paseos al parque con pañales, teteros y todo lo que fuera necesario y no con unas viejas estiradas y tiesas que nada de fantasía tenían para mí sino pura realidad más adolescente y más adulta.
El tiempo pasó, y cuando quedé embarazada nunca pensé que toda esa fantasía pudiera convertirse en un hecho pues ya no jugaría a ser mamá sino que debía convertirme en una llena de ilusiones y de fantasías, responsabilidades, miedos, inexperiencias etc.
Algunas veces, estando embarazada me parecía que tener una personita dentro de mí era casi magia y soñaba con verla pero también y cuando ya la tuve en mis brazos, extrañé sus golpecitos y su corazón latiendo dentro de mí. Luego fuí la mujer más feliz con su vida y su cuerpecito chiquito y frágil, deseoso de empezar a vivir.
Yo soñaba con ser mamá y para mí la idea de cuidar un bebé y ser mamá ha sido una privilegio maravilloso.
Y bueno….
No tanto como una Susanita, la amiga de nuestra querida Mafalda, y claro, es que que haría yo con su modestia y sus sueños de hipódromo y demás…jajaja
Yo me consideraba una mamá en potencia aunque confieso que durante muchos años el amor fallido y algunos pensamientos libertarios y los proyectos en solitario alejaron esos sueños y pensé que esos placeres nunca llegarían a mi vida y ahora que los vivo solo puedo sentirme afortunada.
Espero que mi niña pueda soñar con ser mamá o con lo que ella quiera, que tenga muchas fantasías y que algún día pueda vivirlas con pasión y con entrega. Jugar a las muñecas, “jugar a ser” nos da alas para que cuando esos sueños lleguen podamos abrazarlos con fuerza y darles su verdadera dimensión y agradecer a la vida con justicia y humildad.
No quiero que suene a sermón, quiero solo compartirles esta sensación..no les ha pasado?
Algo que una vez fue un juego y hoy es parte de la vida?
Me cuentan?
Que belleza…. un espacio creado para recordar epocas tan significativas. Milita se llamaba mi muñeca, en honor a mi tia Mila mona, ojos verdes… igualita a ella. Por eso quize llamarla como ella.. Me acuerdo que tenia un cochecito de llantas de madera y mimbre. Era un placer jugar a hacer mamá. Y hoy que ya lo soy, siento que sigo con mis muñecos…